Las úlceras gástricas son uno de los trastornos digestivos más comunes en los caballos, sobre todo en los caballos atléticos. Favorecidas por una serie de factores como el estrés, el entrenamiento intensivo, la dieta y el estilo de vida, estas molestias estomacales pueden instalarse y dañar gradualmente el estómago del caballo.
¿Qué son exactamente las úlceras?
Las úlceras son lesiones en el revestimiento del estómago. Varían en tamaño y profundidad. Son el resultado de un desequilibrio en la secreción de ácido gástrico. Aunque necesario para la digestión de los alimentos, el ácido clorhídrico tiene un efecto corrosivo sobre la mucosa gástrica si su producción no está correctamente regulada por la mucosidad y los alimentos. Sin protección suficiente, el estómago se erosiona inicialmente, antes de que se formen lesiones más profundas y graves en la mucosa: son las llamadas úlceras.
Existen varias formas y estadios de úlceras. Las lesiones "escamosas primarias" son las más frecuentes en los caballos de carreras y de deporte. Pueden darse casos más críticos, con anemia y peritonitis.
¿Cuáles son los síntomas de las úlceras?
No existe un único síntoma, sino una multitud de síntomas que pueden observarse potencialmente en los caballos. Las úlceras suelen provocar un descenso del estado general, abatimiento y problemas digestivos como cólicos. El caballo muestra signos de malestar, incluso dolor, sobre todo después de las comidas. También pueden observarse cambios de comportamiento, rechinar de dientes y disminución del rendimiento deportivo. Hay que tener en cuenta que la tolerancia a las úlceras varía, y algunos caballos afectados pueden mostrar pocos o ningún síntoma visible.
¿Cómo prevenir y tratar eficazmente las úlceras?
Las úlceras forman parte de una serie de patologías a menudo relacionadas con el estilo de vida del caballo. Prevenir la aparición de úlceras significa ante todo adoptar una alimentación adaptada y medidas dietéticas para limitar los factores de riesgo: planificar pequeñas comidas de concentrados a horas fijas, evitar los periodos de ayuno, distribuir el heno lo más a menudo posible, preferir sacar al caballo a pastar si es posible y limitar las situaciones de estrés. También se recomienda una desparasitación regular para evitar la presencia de gastrófilos en el estómago.
Puede realizarse una gastroscopia para ver las úlceras directamente en el estómago. Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento de un caballo que sufre úlceras consiste en reducir la acidez gástrica en el estómago y reducir la irritación de las mucosas. ¿Cómo se consigue esto? Utilizando tratamientos antiácidos, apósitos gástricos, inhibidores de la bomba de protones o complementos alimenticios a base de Aloe vera y otros ingredientes. El tratamiento dependerá del estadio de la enfermedad y de las recomendaciones del veterinario.
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