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Pis de vache
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« Secarse para reproducirse », la clave de la reproducción Logo Natual

Para el ganado, el secado es un periodo de descanso regenerativo, esencial para una lactancia exitosa y un buen rendimiento reproductivo. Los cambios en el estado de vacas, cerdas, cabras y ovejas están controlados en gran medida por mecanismos hormonales interdependientes. Estos frágiles procesos pueden apoyarse en las horas que siguen al secado para reducir los fenómenos inflamatorios y prolongar el periodo de reposo de la ubre. Después, las funciones reproductivas se reactivan rápidamente y también se optimizan con nuestros métodos. Sin embargo, no todas las especies tienen las mismas necesidades. Por lo tanto, el secado debe gestionarse por separado, de la forma más precisa posible y adaptada a la fisiología de cada especie.

 

El secado es una fase de transición entre la fase de producción de leche y la llamada fase "seca" del secado. Este cambio de estado fisiológico se rige por un profundo cambio hormonal.

Hipotálamo e hipófisis, protagonistas de la reproducción

En cuanto a la reproducción, los cambios hormonales de los mamíferos se originan en dos glándulas del cerebro: el hipotálamo y la hipófisis. El hipotálamo es el catalizador del sistema nervioso central. Centraliza todos los estímulos externos (luz, impulsos nerviosos, estimulación táctil, etc.) y, en función de los estímulos recibidos, produce neurohormonas como la oxitocina y la GnRH (hormona liberadora de gonadotrofinas), que activan la glándula vecina, la hipófisis. Ésta, a su vez, segrega otras hormonas que actúan sobre los distintos órganos diana.

La lactancia y la reproducción son interdependientes

La madurez sexual y la lactancia son dos ejemplos típicos del mecanismo hormonal de la reproducción. Cuando un animal alcanza la madurez sexual, los niveles hormonales en sangre, el fotoperiodo y el comportamiento en grupo modulan la actividad del hipotálamo, que produce GnRH. La GnRH desencadena entonces la producción de FSH (foliculina) y LH (hormona luteinizante) para iniciar el ciclo sexual y el comienzo del celo. Para la lactancia, la succión de los pezones desencadenará la producción de oxitocina por el hipotálamo. La oxitocina desencadena entonces la producción de prolactina por la hipófisis, una hormona que activa los lactocitos de la ubre para producir leche.

La reproducción y la producción de leche están íntimamente ligadas. Se rigen por las mismas hormonas, y a menudo existen complementariedades o antagonismos entre estas dos funciones. El parto es un proceso reproductivo importante, precursor de la lactancia. A la inversa, la lactación puede bloquear la reproducción en ciertas especies, razón por la cual una gestión eficaz del secado es tan importante para cada especie.

Un periodo seco complicado para las vacas lecheras

El objetivo del periodo seco en las vacas lecheras es mantener la ubre en un nivel saludable para preservar la capacidad de producción. El secado también marca el final de la gestación y la preparación para el parto, base de la futura reproducción.
Estos dos objetivos están estrechamente relacionados con el funcionamiento del hipotálamo y la hipófisis. Por lo tanto, en primer lugar, el día del secado, la secreción de leche debe detenerse lo antes posible. ¿Por qué hay que hacerlo? Para limitar el riesgo de ruptura de los ligamentos suspensorios y provocar el desprendimiento de la ubre. ¿Qué hacer a continuación? Poner en marcha lo antes posible los mecanismos de defensa de la ubre: tapón de queratina, reducción del volumen mamario, defensas inmunitarias. Los 2 meses anteriores al parto también son cruciales para la gestación. Determinan el desarrollo de la ternera, el proceso del parto (tono del parto, hipocalcemia, fiebre de la leche) y la maduración de los folículos que se utilizarán para la reproducción después del parto.

Sequedad marcada en ovejas lecheras

A diferencia de las vacas lecheras, el periodo seco de las ovejas lecheras llega en un momento en el que necesitan recuperar su condición para la cría. Se trata de una etapa delicada, por lo que debe evitarse todo lo que pueda inducir a la lactancia. Por lo tanto, el cambio deberá estar marcado por una serie de prácticas radicales, con el fin de crear un estado de estrés ligado al cambio: aislamiento de los animales de la sala de ordeño, adaptación de la ración, etc.

Inicio precoz de la sequía en las cerdas

En las cerdas, las hormonas sexuales son directamente inhibidas por las hormonas de lactación. Por ello, las cerdas entran en celo entre 4 y 8 días después del secado. Cuanto más largo sea el intervalo entre el destete y la entrada en celo, menos eficaz será la reproducción. El resultado puede ser una mala entrada en celo, una disminución de la tasa de éxito y de la prolificidad. Por lo tanto, las cerdas deben ser destetadas rápidamente para asegurar una rápida entrada en celo y mantener pezones funcionales. También en este caso, se trata de tomar medidas precisas para controlar el secado: reducción de la ración diaria, separación de los lechones, utilización del verraco, duchas, etc.

Sea cual sea la especie de que se trate, el éxito de la desecación es un factor clave para la reproducción. Los órganos implicados deben ser apoyados por acciones nutricionales para favorecer su propia producción y su receptividad hormonal. Los especialistas del Grupo Techna pueden ayudarle a encontrar las soluciones más adaptadas a su situación y a sus problemas. ¡No dude en ponerse en contacto con ellos!

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