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¿Qué criterios determinan la calidad del forraje en el ganado rumiante? Logo Feedia

Cuando se trata de alimentar a vacas lecheras y ganado vacuno de carne, la proporción de forraje necesaria varía significativamente según la dieta. Un análisis preciso de la calidad del forraje es esencial para garantizar la correcta funcionalidad del rumen de los animales y sus procesos digestivos, independientemente del tipo de producción considerado. ¿Cómo puede evaluarse adecuadamente el valor de los forrajes? ¿Qué criterios deben tenerse en cuenta para ello?

Gracias al tamaño de sus partículas y fibras, los forrajes constituyen el núcleo de la rumia y de la digestión de los rumiantes. La calidad del forraje se refiere a las características que afectan al consumo, al valor nutritivo y a la salud y el rendimiento de los animales resultantes. Someter el forraje a un análisis NIR (espectroscopia de infrarrojo cercano) proporciona una estimación precisa de su calidad. Además de los criterios tradicionales, como la humedad o el contenido en fibras proteicas, deben utilizarse otros parámetros para determinar la utilización óptima de un forraje y contribuir así a la rentabilidad de la ganadería.

Two hands holding green fodder

¿Qué riesgos entraña una mala estimación de la calidad del forraje?

El conocimiento exacto de la cantidad y calidad de los forrajes utilizados es clave para una dieta adecuada de los rumiantes. Una estimación precisa es esencial para determinar la cantidad y las características de la ración adicional de pienso necesaria para alcanzar los objetivos de producción. Los concentrados y/o suplementos alimenticios están diseñados para compensar las deficiencias nutritivas de los forrajes. Por ejemplo, estos concentrados y/o suplementos deben ser ricos en proteínas si éstas faltan en el forraje, para que estos nutrientes sean aportados adecuadamente por el conjunto de la dieta.
Si no se tienen en cuenta adecuadamente la ingesta voluntaria y la calidad del forraje, a menudo se producen errores en la composición de la dieta. Éstos pueden dar lugar a una utilización inadecuada de la ración, bajos niveles de rendimiento (es decir, por debajo de los objetivos fijados) y trastornos metabólicos (acidosis, cetosis, etc...). Estas imprecisiones pueden acabar repercutiendo a largo plazo en el rendimiento económico.
Además, distintos forrajes de la misma especie de cultivo pueden tener valores muy diferentes en función de la gestión del cultivo, las condiciones de cosecha y la conservación.
Por tanto, una dieta para rumiantes basada en valores forrajeros basados en tablas de referencia puede dar lugar a recomendaciones inadecuadas. En consecuencia, basarse en estas tablas puede repercutir negativamente en la rentabilidad de la ganadería.
 

¿Qué criterios pueden utilizarse para estimar correctamente la calidad del forraje?

Una mejor caracterización de un forraje debe ir más allá de los criterios tradicionales (porcentaje de materia seca, proteína, fibra, almidón, minerales) y permitir una estimación precisa de la forma en que los rumiantes pueden optimizar el forraje. Además de los cálculos de energía neta y de la cantidad de proteína digestible en el intestino, deben tenerse en cuenta los siguientes criterios:

  • El conocimiento de la ingesta voluntaria de forraje es esencial, ya que influye directamente en la ingesta nutricional. Un kg extra de MS ingerido corresponde a un aporte adicional de 1,55Mcal NEL/animal/día kg MS. Esto es más o menos igual a la cantidad de energía necesaria para producir 2 kg de leche.
  • Degradabilidad del almidón en el rumen (soluble, lentamente degradable o bypass): Cuando se trata de predecir el alcance de los riesgos acidogénicos planteados por la ingestión de forraje, el contenido de almidón es a menudo el principal punto de referencia. Sin embargo, las observaciones prácticas han mostrado claramente diferencias significativas en los riesgos de acidosis para forrajes con un contenido similar de almidón. Dado que los riesgos acidogénicos están relacionados con el contenido de almidón soluble de los forrajes, estas discrepancias están relacionadas principalmente con la forma en que el almidón se degrada en el rumen.
  • La MS se degrada rápidamente en el rumen (en cuatro horas): Este criterio permite evaluar el grado de riesgo probable de SARA (acidosis ruminal subaguda) en el forraje. La consideración de este parámetro a la hora de diseñar una ración permitirá alcanzar el equilibrio adecuado entre la cantidad de energía fermentable necesaria para los fines de producción y la prevención del riesgo de SARA.
  • Digestibilidad de la fibra: Los rumiantes son capaces de digerir fácilmente las fibras contenidas en los forrajes. Las fibras contribuyen en gran medida a la ingesta neta de energía. El proceso de digestión de los rumiantes depende en gran medida de la composición de estas fibras.  
  • Fracciones de contenido graso (digestibles en el rumen y bypass): La grasa es una fuente de energía muy concentrada. La grasa también es útil para aumentar la ingesta total de energía de los animales dotados de un gran mérito genético (fuerte potencial de producción). Sin embargo, debe prestarse especial atención a las fracciones de grasa que se digieren demasiado rápidamente en el rumen. Éstas pueden tener un impacto significativo en el ecosistema ruminal y, por tanto, en la eficacia de la fermentación.

La evaluación de los distintos nutrientes contenidos en los forrajes permite determinar con precisión sus valores. Estos valores también dependen en gran medida de las condiciones de cultivo y conservación. Para garantizar una calidad óptima del forraje, pueden aplicarse diversas palancas y directrices: Éstas se refieren a las etapas de cosecha, los métodos de trituración, la concepción de los silos, etc. El Grupo TECHNA también puede proporcionar calibraciones NIR diseñadas para estimar los valores de una amplia gama de forrajes. Si desea más información, no dude en ponerse en contacto con nuestros expertos.

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