La vacunación, cuyo principal objetivo es evitar la propagación de enfermedades, es complicada cuando se realiza en animales estresados. Aportar soluciones nutricionales es un método preventivo adecuado para apoyar sus organismos en este momento crítico. Sin embargo, es importante identificar y controlar todos los factores que causan estrés.
La vacunación tiene una utilidad demostrada: limitar las consecuencias económicas de las enfermedades infecciosas reduciendo el riesgo de problemas en la explotación, garantizar el bienestar de los animales y, por tanto, aumentar la rentabilidad de la explotación. Sin embargo, este procedimiento tiene lugar en periodos tensos en los que el animal suele estar debilitado, lo que reduce sus efectos. Para remediarlo, es importante identificar todas las formas de estrés susceptibles de reducir la eficacia de la vacunación.
« Memoria » y condicionamiento por estrés en animales de granja
Las explotaciones ganaderas actuales están sometidas a una considerable presión productiva. Los problemas de salud pueden tener graves consecuencias para el bienestar animal y los niveles de producción. El funcionamiento del sistema inmunitario puede verse alterado como consecuencia de acontecimientos estresantes. Esto aumenta la susceptibilidad del animal a los patógenos.
Los factores de estrés en los animales de granja son omnipresentes. Provienen de diversas fuentes: el entorno de cría, la adjudicación, las deficiencias nutricionales, los problemas de salud, etc. Estas estrés desencadenan una cascada de reacciones, tanto fisiológicas (aumento del cortisol en sangre, etc.) como comportamentales (aislamiento, agresividad, etc.). El resultado es una reacción refleja que dura toda la vida. Por ejemplo, hay que evitar gritar o silbar para que los animales se muevan. Si esta experiencia no es buena, una manipulación ruidosa y estresante quedará grabada en su memoria. Les sumirá en una situación de ansiedad cuando se repita el experimento, sobre todo durante los protocolos de vacunación.
Un animal estresado es un animal frágil
La función del sistema inmunitario es proteger al organismo contra la invasión de microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Las células inmunitarias son las responsables de esta función defensiva. Más concretamente, son los leucocitos que controlan la inflamación, eliminan los agentes patógenos y almacenan los microorganismos encontrados.
La experiencia de acontecimientos estresantes afecta a la "respuesta inmunitaria". Esta reacción coordinada comienza con la respuesta inflamatoria y conduce al desarrollo de la inmunidad adquirida. Si, al mismo tiempo, el organismo se enfrenta a una infección, el desarrollo de una respuesta inmunitaria adecuada puede verse obstaculizado por el estrés. El estrés afecta tanto a la respuesta inespecífica como a la respuesta específica frente al patógeno. Por lo tanto, la reacción provocada reduce la resistencia a la infección, al inhibir la migración de los leucocitos hacia el lugar de la infección.
Las consecuencias del estrés ambiental sobre el sistema inmunitario se han caracterizado a menudo en términos de leucocitos sanguíneos. Sin embargo, los agentes patógenos suelen penetrar en el organismo a través de las mucosas. Los efectos del estrés sobre las células inmunitarias de la mucosa pulmonar y digestiva de los animales de granja son preocupantes. Por ello, es preferible frenar este fenómeno, en particular mediante una vacunación eficaz.
Algunas directrices para un protocolo de vacunación adecuado
En ganadería, las vacunaciones suelen realizarse durante lo que se conoce como periodos sensibles. Sin embargo, la reacción a la vacuna debilita al animal, ya que el sistema inmunitario tiene que adaptarse. Por ello, es esencial seguir algunas normas antes de la vacunación. La mejor forma de compensar este desequilibrio es "alimentar" las células del sistema inmunitario para que puedan afrontar el cambio lo mejor posible.
Para ello, es necesario :
- vigilar de cerca el comportamiento de los animales con antelación
- limitar los factores de estrés ambiental, pero también apoyar al animal en caso de reacciones exacerbadas debido a la vacunación
- reforzar los niveles de energía del animal proporcionándole soluciones nutricionales adecuadas para ayudar a reforzar sus defensas inmunitarias.
El estrés en los días previos a la vacunación puede reducir la eficacia de la vacuna. Por lo tanto, el animal debe estar bien preparado de antemano. Es decir, asegurarse de que está en buenas condiciones para afrontar este periodo crítico. Las Especialidades Animales del Grupo Techna se han diseñado específicamente para reforzar las defensas inmunitarias del animal y hacerlo más resistente a los factores ambientales estresantes. Para más información, no dude en ponerse en contacto con nuestros expertos.