Las especies de animales acuáticos están en constante interacción con patógenos potenciales que pueden perjudicar gravemente el rendimiento del crecimiento y ocasionar importantes pérdidas económicas para la producción ganadera. Aunque el riesgo de contaminación no puede eliminarse, puede limitarse sustancialmente tomando las precauciones adecuadas. ¿Cuáles son los requisitos previos de bioseguridad que deben aplicarse en las explotaciones para reducir la contaminación?
La bioseguridad es la clave de los sistemas acuícolas productivos
La bioseguridad engloba todas las medidas destinadas a prevenir la aparición y propagación de enfermedades aislando, en la medida de lo posible, las poblaciones de las explotaciones animales de la contaminación exterior. El contacto recurrente o prolongado con ambientes externos (agua, sedimentos, fauna salvaje) favorece el desarrollo de nuevas enfermedades. Por esta razón, los sistemas de acuicultura sin recirculación son más difíciles de aislar que los circuitos cerrados de agua.
El primer nivel de bioseguridad está relacionado con la elección de la ubicación de la granja. Una vez instaladas las instalaciones de la granja, es muy difícil cambiar la calidad del agua de entrada. Por lo tanto, es absolutamente necesario tener un conocimiento previo de las actividades agrícolas e industriales - ganaderas así como de producción de cultivos - que se llevan a cabo aguas arriba de la explotación, especialmente si el agua utilizada procede de un arroyo. En función de los resultados de estas investigaciones, el sistema de tratamiento del agua de entrada debe ajustarse en consecuencia.
¿Cuáles son las principales medidas de bioseguridad que permiten un crecimiento satisfactorio en piscicultura?
A diario, es necesario prestar atención a los factores de riesgo que pueden presentarse en las distintas fases de la cría, como se indica a continuación:
- La calidad de los insumos: tanto si se trata de animales (huevos, larvas, alevines...) como de insumos (alimentos, productos veterinarios...), es esencial comprobar la calidad de todos los recursos que se utilizan en la granja.
- La calidad del agua de entrada: se trata de una variable más o menos controlable en función del sistema de cría que se aplique. Una vez comprobados todos los aspectos de la fase previa a la instalación, es necesario realizar muestreos periódicos del agua, un parámetro clave que debe controlarse y evaluarse de forma continua.
- La desinfección de los vehículos que acceden a la piscifactoría: es habitual que los conductores de los vehículos que acceden a una piscifactoría circulen entre varias piscifactorías, ya que es probable que sean veterinarios, fabricantes de piensos, transportistas de pescado, etc. Con este fin, se pueden utilizar baños de ruedas para una mejor desinfección de los vehículos.
- La desinfección del equipo utilizado en la manipulación de los peces: las medidas de precaución relacionadas con los patógenos deben aplicarse a todas las unidades de producción - estanques, jaulas, estanques o acuarios - dentro de cada piscifactoría. Por lo tanto, los traslados de equipos de estanque a estanque deben espaciarse lo más posible, sobre todo cuando se trata de traslados de redes, que son las herramientas con más probabilidades de estar en contacto directo con los animales.
- Higiene de los empleados en la explotación: los trabajadores de la explotación deben lavarse las manos con regularidad; esta norma se aplica especialmente a los que manipulan los animales mediante la clasificación, la vacunación, la alimentación... Para ello, las soluciones hidroalcohólicas han demostrado su eficacia y facilidad de manejo. Además, todos los empleados deben descontaminarse a fondo el calzado. A este respecto, colocar pediluvios y cepillos a la entrada de cada compartimento ganadero puede ayudar a limitar la propagación de agentes patógenos. Llevar un registro de visitas actualizado periódicamente también constituye un componente importante del proceso de protección.
- Manipulación de animales muertos y/o moribundos: dado que los animales muertos son especialmente susceptibles de ser contagiosos, sus cadáveres deben manipularse con cuidado para que los agentes patógenos que contienen no se propaguen. También es de suma importancia aislar y destruir estos cadáveres poco después de que se haya producido la muerte.
- La reducción del nivel de estrés de los animales: limitar el estrés de los animales puede favorecer la mejora de su rendimiento. Además, el estrés tiene repercusiones fisiológicas que favorecen la propagación de enfermedades en el ganado.
Estas directrices constituyen una primera línea de medidas sanitarias en acuicultura. Sin embargo, distan mucho de ser exhaustivas y pueden adaptarse a las necesidades de cada explotación en función de sus características.
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