Las conejas jóvenes destinadas a la reproducción representan el potencial reproductivo de cualquier granja cunícola. Prepararlas para una carrera larga y productiva es una etapa decisiva de la fase de cría. Esta estrategia debe ser elaborada conjuntamente por los cunicultores, las fábricas de piensos y sus proveedores genéticos mucho antes del ciclo de producción. A lo largo de esta fase de preparación, las conejas jóvenes deben garantizar un crecimiento homogéneo evitando un engorde excesivo. En esta fase, también debe aumentarse gradualmente su futura capacidad de ingesta de alimento para maximizar su vida útil y su fecundidad.
¿Por qué hay que prestar especial atención a los conejos jóvenes?
Preparar a las hembras jóvenes para una carrera productiva es clave para optimizar el potencial reproductivo del ganado y la vida útil de las futuras hembras. La estructura de las granjas, como los sistemas todo dentro/todo fuera, no siempre ofrece a estas hembras aún no productivas unas condiciones de cría óptimas. De hecho, las hembras jóvenes suelen criarse en salas de maternidad o de engorde. Como tales, están sometidas a programas de alimentación e iluminación que a menudo no satisfacen sus necesidades. Sin embargo, esta etapa primaria de la vida va a repercutir sustancialmente en su condición corporal y en su posterior rendimiento reproductivo. En este punto, aunque estas hembras no sean realmente productivas, hacer que sigan un programa de alimentación adecuado podría ser decisivo para su rendimiento reproductivo a largo plazo. Los errores de manejo en esta etapa podrían ser cruciales para su carrera reproductiva, pero también para la salud de sus futuras crías y su posterior rendimiento en el engorde.
Cuatro objetivos clave para alimentar adecuadamente a las crías de conejo
Factores como el entorno (iluminación, ventilación, temperatura, etc.), las técnicas de manejo aplicadas (ritmo de cría, inseminación artificial [IA], etc.) y las condiciones sanitarias pueden repercutir a largo plazo en la salud, la fertilidad y la longevidad de las conejas hembras.
Para ello, la estrategia de alimentación elegida desempeña un papel fundamental. Está diseñada para cumplir varios objetivos:
- Desarrollar el tamaño de las futuras hembras: A diferencia de las hembras multíparas, las conejas jóvenes todavía están en proceso de crecimiento y, por lo tanto, deben ser alimentadas en consecuencia. A lo largo del engorde, se aconseja alimentarlas ad libitum; en cuanto se implante la individualización, debe restringirse su dieta (pero no demasiado). Los experimentos han demostrado que una alimentación demasiado restringida (60% de la cantidad total de alimento que se distribuía antes de esta fase) suministrada entre las 12 y las 14 semanas puede provocar un aumento de los mortinatos y una mayor tasa de mortalidad desde el nacimiento hasta el destete. El suministro de proteínas, aminoácidos, calcio y fósforo también puede influir mucho en su condición corporal. Por lo tanto, estos nutrientes deben suministrarse en cantidades suficientes, ya que una posible carencia puede ralentizar el crecimiento y el desarrollo de las crías.
- Limitar el engorde excesivo: Un engorde excesivo puede reducir la fertilidad y la tasa de natalidad de las jóvenes hembras. Es probable que se produzcan otros efectos secundarios: sobrecarga hepática, reducción del consumo de alimento durante los primeros días de lactación y retraso del pico de lactación. Por lo tanto, se aconseja empezar a racionar sólo después de que se haya producido la individualización (11 semanas). Por el contrario, hay que evitar alimentarlas ad libitum.
- Aumentar su capacidad de ingesta de alimento: En el primer parto, suele estimarse que las conejas hembras han alcanzado el 60% de su capacidad máxima de ingesta de alimento. Hasta el quinto (5) día de parto no consiguen alcanzar su nivel óptimo de ingesta de alimento. Someter a las conejas jóvenes a un programa de alimentación restringida aumentará tanto su tracto digestivo como su capacidad de ingesta de alimento. Para ello, su alimentación debe contener una cantidad suficiente de fibras para una seguridad digestiva óptima.
- Mejorar la resistencia: Preparar la futura carrera de las jóvenes hembras maduras requiere mejorar su sistema de defensa. El objetivo final es lograr una tasa de persistencia (es decir, un número constante de hembras reproductoras) de al menos el 80% al tercer IA. Para ello, necesitan un aporte importante de vitaminas y oligoelementos para reforzar su sistema inmunitario.
Alimentar al futuro conejo: ¿cómo hacerlo en la práctica?
- Antes de las 11 semanas: Evitar preferentemente los piensos para la gestación y sustituirlos por un pienso destinado a las hembras de engorde o jóvenes. Estos alimentos deben distribuirse ad libitum para mantener el desarrollo homogéneo de las hembras.
- De 11 semanas a 6 días antes del parto: Evitar un pienso de maternidad demasiado concentrado para las hembras jóvenes. La estrategia de racionamiento aplicada debe ajustarse al pienso distribuido así como a los pesajes semanales. Es importante que las hembras alcancen un peso homogéneo hasta que se produzca la inseminación. El suministro de pienso tras la I.A. debe realizarse con el mismo pienso y debe suministrarse ad libitum.
- A partir de seis días después del parto: Tras la reubicación de las hembras, suministrarles un pienso de maternidad alimentado ad libitum o un pienso de primíparas, más adaptado a sus necesidades, si la estructura de la granja lo permite.
Las recomendaciones relativas a la cría de conejas hembras jóvenes pueden variar en función del tipo de pienso suministrado, el entorno de los animales, las estirpes de conejos, etc. El Grupo Techna ha creado soluciones a medida (limitaciones de formulación, premezcla, ...) destinadas a ayudarle a encontrar un pienso que se adapte a las necesidades de sus hembras. Si desea más información, póngase en contacto con nosotros.
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