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¿Cómo maximizar el potencial de producción de los tomates sin suelo? Logo Natual

El consumo de tomate está muy extendido en Europa, tanto como fruta como producto transformado. Para satisfacer esta demanda en auge, el cultivo de tomates en invernadero se ha desarrollado considerablemente en los últimos años. El cultivo a cubierto facilita el control del crecimiento de las plantas y las protege de las inclemencias del tiempo. Pero el invernadero no las protege de los ataques del oídio, la botritis o el mildiu. ¿Cuáles son las soluciones a estas enfermedades?

El tomate se ha convertido en un clásico gastronómico en Grecia, Italia, España y Francia, por citar sólo algunos de los países de la Unión Europea famosos por su dieta sana y equilibrada. Es un factor importante de una alimentación sana y equilibrada, y sustenta una industria de transformación diversificada: concentrados, salsas, ketchup, zumos y conservas. Por no hablar de su éxito en los productos frescos (tomates de mercado). La planta se cultiva en casi todas las latitudes, ya sea en campo abierto o en invernadero.

¿Cómo se cultivan los tomates en la superficie?

El cultivo en invernadero protege la producción de tomates de los caprichos del clima (viento, frío, mal tiempo, etc.).

Las plantas prosperan en un entorno más cálido y controlado. Otra ventaja del invernadero es que proporciona un mejor control del entorno y protege las plantas de ataques externos, sobre todo de parásitos y patógenos vegetales. Los insectos beneficiosos, o depredadores de parásitos, ayudan a proteger los tomates bajo cubierta.

Los tomates se cultivan "por encima del suelo". Las raíces de la planta no tienen contacto con el suelo. Cada planta recibe un chorrito de líquido para nutrir sus raíces. El agua y los nutrientes suministrados corresponden a las estrictas necesidades de las plantas. Cualquier excedente se recupera, se recicla y se reinyecta en el circuito. Es una forma de cultivo basada en un control exhaustivo de los factores de crecimiento de la planta. Pero la producción a cubierto es en parte estacional, ya que depende de la luz solar, que calienta el entorno.

visuel tomates

El oídio, el mildiu y la botritis son las enfermedades más comunes del tomate.

Sin embargo, el invernadero no basta para proteger contra enfermedades y plagas, que pueden causar daños considerables.

  • Oídio. Pueden aparecer manchas amarillas en el haz de las hojas, y blancas en el envés. Una vez que las hojas se vuelven amarillas, se secan y caen. Todos estos son síntomas característicos del oídio. Para remediar estos ataques, ventile los invernaderos para evitar el exceso de calor. Asegúrese de que las plantas estén bien abastecidas de agua y retire las hojas basales que hayan sido atacadas por la enfermedad. Estimule el crecimiento añadiendo nitrógeno. Un déficit nutricional acentuará el desarrollo de la enfermedad en la planta, pero no afectará al fruto.
  • Mildiu. Los tomates muestran a veces manchas amarillentas que rápidamente se vuelven marrones.  El envés de las hojas se cubre de un plumón blanco y grisáceo que esparce las esporas. Los tallos atacados se ennegrecen, provocando la muerte de la planta. Estos signos son indicativos de un ataque de mildiu. Para contrarrestar sus efectos, evite el exceso de nitrógeno y de agua. Asegúrese de que los túneles estén bien ventilados. A continuación, hay que eliminar las plantas enfermas. El aclareo regular de las hojas, acompañado de tratamientos químicos preventivos, reducirá el riesgo de contaminación. Asegúrese de alternar los productos para evitar acostumbrarse a ellos.
  • Botritis. Se manifiesta con una podredumbre gris en las hojas y la aparición de manchas parduscas acompañadas de un plumón grisáceo. La podredumbre gris también puede observarse en los frutos, con caída de flores y frutos. Puedes evitar la botritis más fácilmente eligiendo variedades resistentes, lo que eliminará el riesgo de que aparezca la enfermedad.  De lo contrario, en cuanto aparezcan los primeros síntomas, asegúrate de reducir todas las fuentes de infección. Hay que destruir los restos vegetales y ventilar adecuadamente los invernaderos. Evite el exceso de agua y nitrógeno. El tratamiento químico debe utilizarse como medida preventiva, alternándolo con otros productos.

La gestión integrada de plagas en el cultivo del tomate, una solución sostenible

¿Cómo podemos proteger el medio ambiente y a los consumidores de los efectos nocivos del uso excesivo de fungicidas convencionales? ¿Cómo podemos cumplir las normas de tolerancia de residuos en los países receptores y, al mismo tiempo, permitir que nuestra agricultura local se desarrolle internacionalmente? La gestión integrada de plagas ofrece una respuesta a largo plazo a todas estas preguntas. Este método híbrido consiste en utilizar todos los recursos disponibles -tanto culturales como biológicos- para optimizar la lucha contra las plagas y enfermedades de los cultivos. Su objetivo: generar las mejores prácticas agrícolas y aprovechar al máximo todos los recursos necesarios para producir tomates de calidad.


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Natual es una gama de complementos nutricionales de origen vegetal destinados a apoyar las funciones fisiológicas del ganado y los cultivos, y en particular de sus defensas naturales.