Los electrolitos son elementos esenciales para garantizar que los caballos deportistas estén correctamente hidratados. Los caballos tienen un sistema termorregulador que les hace perder grandes cantidades de sudor durante el ejercicio. Por lo tanto, sus necesidades de electrolitos son muy elevadas, sobre todo durante la competición. ¿Cómo garantizar un aporte suficiente de electrolitos para mantener el rendimiento y prevenir los riesgos asociados a ciertas patologías?
Los caballos transpiran mucho durante el ejercicio. El sudor que evacuan está especialmente concentrado en sales minerales contenidas en los electrolitos: iones potasio (K+), sodio (Na+) y cloruro (Cl-).
Para compensar estas pérdidas, hay que poner en marcha una estrategia que evite los problemas de deshidratación. Un nivel elevado de deshidratación puede repercutir directamente en el rendimiento e incluso provocar la aparición de ciertas enfermedades como cólicos, derrames sanguíneos (miositis), etc.
¿Qué son los electrolitos?
Los electrolitos son elementos ionizables que circulan en los compartimentos intra y extracelulares. Los que nos interesan aquí son las sales minerales, y más concretamente el sodio (Na+), el potasio (K+) y el cloruro (Cl-).
A diferencia del calcio, estos electrolitos están directamente relacionados con el equilibrio hídrico del caballo. Esto es lo que permite al caballo regular su hidratación y evitar la deshidratación. Estos elementos intervienen en un gran número de metabolismos, incluida la contracción muscular. Por eso son tan importantes para el caballo atleta, que realiza grandes esfuerzos durante las competiciones.
¿Por qué controlar la ingesta de electrolitos en caballos atléticos?
El caballo es un animal homeotermo. Esto significa que dispone de un sistema de termorregulación que incluye la sudoración. Esto le permite mantener su temperatura interna en torno a los 37,7°C. Los factores que provocan un aumento de la temperatura corporal son el ejercicio, el transporte, el entorno (calor, frío, tiempo seco, húmedo, etc.), el estrés y, posiblemente, las reacciones inflamatorias. Las pérdidas de electrolitos a través del sudor son muy elevadas en los caballos atletas. Este fenómeno se debe a dos razones:
- La primera se refiere a la proporción de músculo esquelético. Representa el 40% de su peso, frente al 20% en los hombres.
- La segunda particularidad se refiere a su escasa superficie de intercambio, la relación masa/superficie. Ésta es de 100 para los caballos, frente a 40 para los humanos. Esto significa que, incluso en condiciones climáticas no extremas, un caballo en ejercicio puede perder hasta 15 litros de sudor por hora. Para un caballo de 450 kg, esto corresponde al 5% de la cantidad total de agua de su cuerpo.
Para evitar la deshidratación, sigue estos consejos.
- Asegúrate de que el caballo tenga acceso a una fuente de agua y de que beba agua.
- Asegurar una ingesta equilibrada de agua y electrolitos (K+, Na+, Cl-). Tomar agua sin electrolitos o electrolitos sin agua puede aumentar la deshidratación. Por lo tanto, los electrolitos deben aportarse directamente en el agua (en forma de polvo soluble o líquido) o separados del agua (en la ración o directamente en la boca mediante una pasta oral).
- Las soluciones de electrolitos deben tener una proporción coherente con su concentración en el sudor. También deben ser muy apetecibles para el caballo.
- Ciertos elementos, como la glicina, contribuyen a mejorar la asimilación de los electrolitos y, por tanto, permiten administrar cantidades consistentes de electrolitos que no son perjudiciales para el estómago.
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