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Mamelle traite vache laitière
Mamelle traite vache laitière

Control del recuento de células somáticas para preservar la calidad de la leche Logo Natual

La calidad de la leche, clave para la rentabilidad de una explotación, se evalúa principalmente en función del recuento celular. Gracias a nuevos enfoques bien estudiados, ahora es posible controlar mejor el recuento de células somáticas. El primer paso consiste en identificar el origen de las bacterias implicadas, su modo de transmisión y actuar en el momento oportuno con soluciones originales. ¿Cuáles son los medios posibles para limitar el aumento del recuento de células somáticas y, por tanto, prevenir mejor las infecciones de la ubre?

El recuento de células somáticas en la leche es un indicador de salud y calidad tecnológica. Cuanto mayor es el número de células somáticas en la leche, mayor es la probabilidad de contaminación de la ubre. Este indicador es utilizado tanto por los ganaderos para identificar a los animales susceptibles en la explotación, como por las centrales lecheras para calificar la leche entregada. Estas células somáticas son células epiteliales que se desprenden de la mucosa durante el ordeño o células inmunitarias. Estas últimas son células de defensa producidas por el organismo para destruir las bacterias responsables de una infección de la ubre, conocida como mastitis. Si no hay cambios visibles, como enrojecimiento, hinchazón o grumos en la leche, se trata de una mastitis subclínica.

Diversas fuentes de contaminación

Los agentes responsables de la mastitis subclínica son generalmente idénticos a los identificados para la mastitis clínica.

Estas bacterias pueden tener dos orígenes diferentes:

  • el medio ambiente (estiércol, yacija, etc.): se conocen como gérmenes ambientales o gérmenes de reservorio ambiental. Con frecuencia son responsables de mastitis clínicas.
  • ubres de las vacas: se trata de un reservorio o depósito mamario de gérmenes. Las bacterias se transmiten de una vaca a otra por contagio, lo que a menudo refleja una higiene deficiente en el ordeño. Las pezoneras de ordeño, las toallitas e incluso las manos del ordeñador son vectores de transmisión.

Cuando la infección es regulada por el sistema inmunitario de la vaca, se desencadena un aumento de células de corta duración. Si la infección no puede ser controlada a tiempo por el sistema inmunitario, y si la bacteria es altamente patógena, se desarrolla una mastitis clínica. En este caso, se produce un aumento significativo del número de células y un cambio en la leche. Si la patogenicidad de la bacteria es baja, ésta se aloja en lo más profundo de la ubre y se desarrolla. Esto se conoce como mastitis crónica subclínica. En otras palabras, el recuento de células somáticas se mantendrá alto durante mucho tiempo.

Medios para gestionar el riesgo de infección debido a recuentos celulares elevados

Todos los esfuerzos deben centrarse en reducir las fuentes y vías de infecciones externas e internas. El primer paso es realizar un estudio bacteriológico en la granja para identificar las bacterias responsables de las infecciones. Esto se hace en vacas que no han sido tratadas con antibióticos: su leche debe tener un recuento celular elevado. De este modo, se podrá determinar con precisión qué bacterias están presentes en la ubre y, por tanto, de qué reservorio se trata.

En el caso de un reservorio mamario, es preferible limitar la posibilidad de contaminación durante el ordeño: desinfección de las pezoneras tras el paso de una vaca contaminada, cambio de paños y especial vigilancia ante cualquier avería en la máquina de ordeño (succión, vacío, presión, etc.).

En caso de depósito ambiental, hay que limitar la contaminación de la cama de las vacas. Para ello, es aconsejable acolchar más abundantemente o con mayor frecuencia, reducir la densidad de vacas, controlar la humedad de la cama mediante ventilación y orientar la flora bacteriana de la cama.

Para limitar el riesgo de infección, el sistema hepatobiliar debe funcionar correctamente. Un ataque al hígado, órgano depurador y desintoxicante, puede, por toxinas o exceso de grasa, repercutir en el sistema natural de defensa inmunitaria del animal. Por lo tanto, antes de tomar cualquier medida, es importante actuar sobre el drenaje de las vías de eliminación de residuos metabólicos de la vaca. Un drenaje eficaz ayuda a desatascar los sistemas de eliminación metabólica del organismo, aumentando la capacidad del animal para combatir rápidamente las infecciones concomitantes.

La alimentación también desempeña un papel importante a este respecto: una dieta desequilibrada puede provocar una reducción de la eficacia inmunitaria local, poniendo en peligro la integridad fisiológica de la ubre. En consecuencia, el periodo de secado es crucial: si no se gestiona adecuadamente, los pezones seguirán siendo un punto de entrada ideal para nuevas infecciones, y la recuperación de las infecciones crónicas será limitada. Varios factores pueden contribuir al éxito del periodo de secado: una dieta adaptada, el cese rápido de la secreción láctea y una corta duración de la involución mamaria. El objetivo final es favorecer la formación natural del tapón de queratina lo antes posible.

La calidad celular de la leche que usted produce requiere una atención constante. Nuestros especialistas le ayudarán a tomar las medidas preventivas necesarias, como el secado rápido y natural, el refuerzo de la inmunidad del animal y la prevención del aumento del número de células. Sea cual sea el tamaño de su explotación o la proporción de leucocitos en la leche. Para más información, ¡no dude en ponerse en contacto con nuestros expertos!

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