En 2050, la población mundial alcanzará los 9.700 millones de habitantes. Este reto demográfico sin precedentes significa que nuestros sistemas alimentarios, y la avicultura en particular, tendrán que transformarse radicalmente. ¿Cómo alimentar al mundo en 2050 respetando los imperativos económicos, medioambientales y sociales? El futuro de nuestra seguridad alimentaria está tomando forma hoy.
Anticiparse a los retos alimentarios de una población creciente
En 2050, la población mundial habrá aumentado en 1.700 millones de personas, hasta alcanzar casi los 10.000 millones. Este "Everest alimentario" implica un aumento de la producción mundial de alimentos, con mayores necesidades en las ciudades. De hecho, son las metrópolis de los países en desarrollo las que están experimentando un mayor crecimiento demográfico. En 2050, el 70% de la población mundial se concentrará en zonas urbanas. Al mismo tiempo, la disponibilidad de tierras cultivadas seguirá siendo relativamente limitada, con un aumento potencial de sólo un 5% aproximadamente.

Satisfacer el aumento mundial de la demanda de proteínas animales
El crecimiento demográfico, sobre todo en África y Asia, va acompañado de cambios en los hábitos alimentarios. Como consecuencia, el aumento del nivel de vida está provocando un incremento significativo del consumo de carne. A modo de ejemplo, las proyecciones indican un aumento del 22% en el consumo de pollo de engorde de aquí a 2030, impulsado tanto por los países emergentes como por mercados maduros como Europa.
"Este aumento del consumo nos obliga a adaptar nuestra producción, garantizando al mismo tiempo precios asequibles y un acceso equitativo a los alimentos". Emmanuel Amprou, Director del Mercado Avícola Techna
Controlar los costes y garantizar la competitividad de la industria avícola
La dimensión económica, que a veces se pasa por alto, es sin embargo fundamental, e inseparable de los aspectos medioambientales y sociales. Por un lado, los consumidores necesitan que se les garanticen precios asequibles. Por otro lado, los sectores agrícolas, desde las fases anteriores hasta las posteriores, deben ser capaces de rendir económicamente. En avicultura, la volatilidad de las materias primas es un reto importante. Ahora tenemos que hacer frente a fluctuaciones ligadas a acontecimientos climáticos y geopolíticos. Entre 2000 y 2022, el precio de coste del kilo de pollo pasó de 683 euros a 1.250 euros. Este aumento es atribuible en gran medida al coste de los piensos. A nivel de la industria, también hay diferencias de competitividad entre países, vinculadas en particular al vínculo con el matadero, los costes laborales y las diferencias reglamentarias. Esta ecuación de precios se complica aún más por los acuerdos comerciales internacionales, como Mercosur, y los derechos de aduana.

Reducir el impacto medioambiental y adaptarse al calentamiento global
Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en avicultura se deben principalmente a la alimentación de las aves: 86,7% para los pollos de engorde y 74,5% para las gallinas ponedoras. Los granjeros no tienen ningún control sobre estas fuentes de emisiones, y dependen de la labor de los productores de cereales y oleaginosas. Sin embargo, es posible influir en la elección de las materias primas utilizadas en los piensos y en su origen. Debemos desarrollar fórmulas que combinen la eficiencia económica con un impacto medioambiental mínimo. Además de su huella de carbono, la industria avícola también debe tener en cuenta el uso de las tierras agrícolas y la preservación de la biodiversidad, el suelo, el agua y el aire. "Además de las emisiones de GEI, hay 18 categorías de impacto que controlar". Vincent Guyonnet, FFI Consulting
Garantizar la salud y el bienestar de los animales
La salud animal se considera ahora desde el ángulo del concepto "Una sola salud", que adopta un enfoque integrado para mejorar de forma sostenible la salud humana, animal y de los ecosistemas. El bienestar animal también desempeña un papel central, en respuesta a las crecientes expectativas de los consumidores. En efecto, el 60% de los consumidores se declara dispuesto a pagar una prima para garantizar un mayor bienestar animal. Sin embargo, el 46% no soportaría un aumento superior al 10%, lo que limita las posibilidades de segmentación del sector de los pollos de engorde.
En términos de salud pública, uno de nuestros retos es frenar el aumento de la resistencia a los antibióticos. Esto afecta no sólo a los animales, sino también a los seres humanos. En 2050, 25 millones de muertes podrían deberse a esta resistencia múltiple. ¿La solución? Reducir su uso. En Europa, el uso de antibióticos en ganadería ya se ha reducido drásticamente, entre un 50% y un 70% entre 2011 y 2020. En 2024, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó una nueva iniciativa para ayudar a ciertos países a reducir la necesidad de utilizar antimicrobianos en la ganadería.

Innovar y digitalizar la avicultura para alimentar al mundo en 2050
La digitalización se ha vuelto esencial tanto para la producción vegetal como animal. En el sector industrial, se estima que actualmente sólo el 10% de los datos son utilizables. Lo mismo ocurre con la agricultura. Hay un gran potencial en la recopilación y el uso de datos. La digitalización puede ayudarnos a mejorar nuestra eficiencia, como demuestra la solución WeFeed Poultry, que ya es capaz de recoger y analizar datos procedentes de sensores. El creciente volumen de datos también requerirá potentes tecnologías para interpretarlos, como la inteligencia artificial. Utilizada con prudencia y dirigida por humanos, esta inteligencia "colaborativa" ofrecerá soluciones innovadoras para mejorar nuestras prácticas ganaderas y la eficiencia de la industria avícola.

Formación y comunicación con los consumidores
Los profesionales de la industria avícola deben adaptarse a las nuevas tecnologías y a las expectativas de los consumidores. La digitalización y la creciente potencia de las herramientas de análisis hacen que la formación periódica sea esencial, dado el ritmo vertiginoso de los avances. Por tanto, la tecnología digital deberá integrarse cada vez más en los programas de desarrollo de competencias. El otro aspecto de lo digital es la comunicación. En nuestros sectores avícolas, las redes sociales ofrecen una oportunidad única para el diálogo directo entre productores y consumidores. Esta comunicación ya no debe ser sólo técnica o científica, sino también emocional.
Alimentar a cerca de 10.000 millones de seres humanos de aquí a 2050 representa un reto alimentario de primer orden para la avicultura. Ante esta perspectiva, el sector debe combinar la competitividad con el respeto del medio ambiente y de los animales. La digitalización y la innovación, combinadas con una comunicación transparente con los consumidores, serán las claves para construir una industria avícola capaz de garantizar la seguridad alimentaria de las generaciones futuras.
Feedia encarna la oferta de asesoramiento y soluciones de Techna en técnicas de cría y nutrición de precisión para apoyar el desempeño de las organizaciones de producción, los fabricantes de alimentos y sus clientes criadores.