El amoníaco es el principal producto de desecho excretado por el metabolismo del nitrógeno de los peces. Este fenómeno metabólico es específico de los peces; les permite extraer la máxima cantidad de energía de la degradación de las proteínas de los piensos. Sin embargo, la utilidad de este metabolismo específico se ve limitada por la elevada toxicidad del amoníaco. Cuando está presente en altas concentraciones en el agua, el amoníaco puede perjudicar el rendimiento de los peces. Esto constituye un riesgo importante para las piscifactorías de alta densidad. ¿Cómo puede reducirse el impacto del amoníaco en el rendimiento de los peces
Productos de desecho del metabolismo del nitrógeno en los peces
Los peces son animales amoniotélicos, es decir, excretan desechos nitrogenados en forma de amoníaco. En este sentido, los peces se diferencian de los vertebrados terrestres, ya que éstos excretan el nitrógeno en forma de urea o ácido úrico.
A diferencia de otros animales de producción, los peces tienen una gran capacidad para utilizar la degradación de los aminoácidos para la producción de energía. En efecto, el proceso de oxidación de los aminoácidos -también denominado catabolismo- les permite obtener energía que posteriormente utilizan sus funciones corporales.
La excreción de nitrógeno a través de las branquias en forma de amoníaco es una forma muy eficiente de eliminar este producto de desecho.
Sin embargo, en las piscifactorías, donde las poblaciones de peces están mucho más concentradas, la concentración de amoníaco puede llegar a ser tóxica para los animales.
Dos problemas relacionados con la alimentación de los peces pueden causar directamente residuos de nitrógeno en el estanque
- una distribución desigual o excesiva del pienso ;
- el uso de piensos con proteínas poco digeribles.
Cualquiera que sea la causa -pellets no consumidos o fracciones indigestas del alimento- las pérdidas directas de nitrógeno son un problema grave. Cuestan dinero, ya que el contenido proteínico del alimento no beneficia realmente a los peces. También suponen un despilfarro de recursos, ya que el nitrógeno podría haberse utilizado potencialmente para el cultivo o la cría de otros organismos (algas y microorganismos).
Para garantizar un nivel máximo de digestibilidad y un contenido equilibrado de proteínas, es importante elegir con cuidado las materias primas utilizadas en la composición de los piensos.
¿Cómo minimizar la excreción de amoníaco de los peces de piscifactoría?
Una vez digerido, el contenido de nitrógeno del alimento puede utilizarse para dos fines principales
- para la síntesis, incluida la síntesis de proteínas (anabolismo)
- para redirigirlo hacia vías catabólicas con el fin de producir energía.
El equilibrio entre ambos resultados depende de muchos parámetros externos, como la temperatura del agua, la edad del animal y el nivel de estrés.
Para mantener este equilibrio se pueden emprender dos acciones previas:
- Equilibrar la composición de aminoácidos esenciales de la proteína: un pienso que contiene una cantidad justa de aminoácidos puede ser sintetizado más eficazmente por el organismo que un pienso con deficiencias. De este modo, el perfil de aminoácidos condiciona directamente las excreciones de nitrógeno del animal, reduciéndolas.
- Proporcionar energía a los peces en forma de ácidos grasos: otro parámetro importante a tener en cuenta es el suministro de fuentes de energía alternativas. Los aceites pueden satisfacer perfectamente esta necesidad.
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