Las micotoxinas son una amenaza real para las aves de corral. ¿El motivo? Su aparición imprevisible dificulta su detección. Hoy en día, las micotoxinas contaminan más del 80% de los cereales, e incluso hasta el 100% en algunos años. Los subproductos de cereales y las tortas oleaginosas utilizadas en la alimentación animal no se libran, sea cual sea la región del mundo. Es después de la ingestión cuando sus efectos son más nocivos. ¿Cómo prevenir la aparición de micotoxinas y limitar su impacto en la salud animal?
Micotoxinas en el campo y en el almacén
Las micotoxinas son secretadas por hongos presentes en los cereales y otros cultivos. Durante el cultivo en el campo, determinadas condiciones climáticas e itinerarios técnicos favorecen su aparición. El laboreo simplificado o el hecho de que el maíz preceda al trigo, por ejemplo, son factores de riesgo. Las micotoxinas que se forman antes de la cosecha se conocen como micotoxinas de campo.
Las micotoxinas de almacenamiento se desarrollan después de la cosecha. Son de temer si el contenido de humedad de los cereales es demasiado elevado, si se mezclan cereales húmedos con granos secos o si existen diferencias de temperatura excesivas entre las distintas zonas de los silos. Estas dos categorías principales de micotoxinas difieren en el momento de su aparición, pero son igual de peligrosas para la salud animal.
Pueden tener efectos agudos graves en caso de contaminación importante de los piensos. En cantidades más limitadas, sus efectos sobre la salud y el rendimiento de los animales serán más insidiosos, con una disminución general del rendimiento.
Rendimiento reducido en función de la especie
Al igual que los mamíferos, las aves de corral son sensibles a las micotoxinas. Esta sensibilidad varía de una especie de ave a otra (pollo, pavo, pato, ponedora, etc.) y según la micotoxina de que se trate.
La exposición crónica a dosis bajas provoca una disminución del rendimiento: a partir de 0,2 ppm de toxinas T2 durante 3 semanas, los pollos muestran una fuerte caída del crecimiento y un deterioro de los índices. La mortalidad de los patos supera el 50% a 4 ppm de T2 durante 7 semanas. Para las gallinas ponedoras y las reproductoras, los efectos son igual de graves: la exposición a más de 1 ppm de T2 provoca un descenso de la puesta de huevos y aumenta la tasa de huevos no fértiles. En caso de exposición a dosis más elevadas, pueden aparecer los siguientes signos clínicos en los órganos diana: trastornos de los órganos reproductores, hígado, riñones, corazón, etc.
Las micotoxinas también son cancerígenas (favorecen el desarrollo del cáncer), mutagénicas (pueden alterar la estructura del ADN de los genes) e inmunosupresoras (reducen las reacciones de defensa inmunitaria).
Limitar la presencia de micotoxinas en los piensos para aves de corral
Los riesgos asociados a la presencia de micotoxinas han impulsado la introducción de controles sobre las materias primas y los productos alimenticios. Sin embargo, es difícil determinar el contenido exacto de micotoxinas de un lote de materias primas o productos alimenticios, ya que las micotoxinas no se distribuyen uniformemente en un lote. Además, el análisis de los alimentos es complejo. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo el muestreo de acuerdo con las buenas prácticas y utilizar un método de análisis adecuado.
Se recomiendan los análisis de detección múltiple porque pueden estar presentes varias micotoxinas, con efectos negativos que a menudo son sinérgicos: los alimentos contaminados tanto con DON como con Toxina-T2 son más tóxicos que los efectos combinados de cada una de estas micotoxinas.
Una vez conocido el contenido de micotoxinas, lo primero que hay que hacer es asegurarse de que los niveles están por debajo de los umbrales reglamentarios establecidos (consulte la legislación vigente en su país) y de las recomendaciones técnicas. A continuación, un análisis de riesgos permitirá limitar la tasa de incorporación del lote contaminado en los piensos, o incluso prohibir su uso en las especies más sensibles.
Cosecha de mala calidad, grandes cantidades de materias primas muy contaminadas, especies muy sensibles: en los casos en que se demuestre la presencia de micotoxinas, también es posible incorporar sensores de micotoxinas directamente al pienso.
Para ofrecerle el mejor asesoramiento posible, nuestros expertos mantienen registros actualizados de los niveles de contaminación de las materias primas. En función de la especie, le asesorarán sobre los posibles niveles de tolerancia y las medidas a tomar para evitar una disminución del rendimiento y las consiguientes pérdidas económicas. No dude en ponerse en contacto con ellos.
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