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La bioseguridad y la prevención como armas contra las nuevas enfermedades del camarón Logo Feedia

Virus del síndrome de la mancha blanca, síndrome de mortalidad precoz, parásitos intestinales... En los últimos años, las explotaciones camaroneras se han visto sucesivamente afectadas por grandes epidemias. Con su impacto social y económico a menudo dramático, estos brotes de enfermedades han obligado a las industrias acuícolas a cuestionar sus prácticas cotidianas de gestión. ¿Qué lecciones podemos extraer de estas crisis sucesivas?


La especificidad del sistema inmunitario de los camarones no permite una vacunación eficaz. Por ello, la aparición de nuevas enfermedades ha obligado a los acuicultores a adoptar estrategias innovadoras para mantener el crecimiento y garantizar la rentabilidad de las explotaciones.

Una bacteria devastadora en la raíz del SME

Desde su aparición en 2009/2010, el síndrome de mortalidad precoz (SME) se ha extendido rápidamente a China, Vietnam, Malasia y Tailandia. Más recientemente, ha cruzado el Pacífico hasta México. En las zonas infestadas, el número de muertes ha alcanzado tales proporciones que ha afectado significativamente al suministro mundial de camarones. Sin embargo, a diferencia de otras patologías recurrentes en la industria, el SME no procede en realidad de un virus, sino de una bacteria, el Vibrio parahaemolyticus (bastante común en las granjas) que a su vez ha sido infestada por un fago (virus bacteriano). En cuanto contamina el organismo de una gamba, este vibrio empieza a producir una toxina que acaba atacando el hepatopáncreas de la gamba y provocando su degeneración. Si el EMS llega a un estanque, acaba eliminando a la mayor parte de toda la población de gambas. Es muy difícil deshacerse de esta bacteria una vez que se ha instalado en un estanque. De hecho, al igual que muchas bacterias patógenas que afectan a las gambas, parece que este vibrio ha forjado una resistencia a una amplia gama de antibióticos.

Gregarine y EHP: los nuevos parásitos

Recientemente, los parásitos intestinales gregarinos, como Enterocytozoon hepatopenaei (EHP), conocidos desde hace tiempo por infestar los intestinos de los camarones de piscifactoría, han vuelto a ser objeto de atención por parte de los expertos. En efecto, aunque no causan mortalidades masivas, estos parásitos provocan retrasos en el crecimiento que son perjudiciales para la granja. Además, se sabe que el EHP, conocido desde hace tiempo por parasitar a los camarones monodon, ha colonizado ampliamente las poblaciones de camarón blanco en el sudeste asiático.

¿Cómo evitar que las gambas se contaminen para garantizar un crecimiento aceptable?

Las estrategias que se han desarrollado hasta ahora a falta de remedios específicos se derivan de la farmacopea que se aplica tradicionalmente a los animales terrestres (antibióticos o anticoccidiales). Sin embargo, el uso de moléculas farmacológicas en estos contextos plantea muchos riesgos, sobre todo en el momento de su comercialización; riesgos como encontrar residuos en la carne.

No existen soluciones milagrosas, pero se puede aplicar un conjunto de medidas preventivas para evitar que los agentes patógenos se filtren en los estanques y mantener a los animales en un estado de salud óptimo. Los productos veterinarios sólo deben utilizarse como último recurso, previa consulta con un especialista. Este último punto es especialmente relevante cuando se intenta evitar que las poblaciones bacterianas patógenas desarrollen resistencia a los antibióticos. Por este motivo, es necesario erigir barreras de bioseguridad en todos los niveles de entrada (postlarvas, piensos, agua y también vehículos, personal, depredadores...).

Otras medidas que deben tomarse son el mantenimiento regular de la calidad del agua de los estanques (control de la oxigenación, seguimiento de la mortalidad, muestreo eficaz y frecuente del agua, adaptación y fraccionamiento de la ingesta de pienso), así como el uso razonable de productos farmacéuticos y aditivos para piensos de eficacia probada.

Las redes de intercambio son una herramienta extremadamente poderosa que permite a los acuicultores encontrar respuestas de primera línea en caso de brote de una enfermedad. Estas crisis han obligado a las industrias acuícolas a cambiar su enfoque de cría mediante la experimentación de nuevos métodos de cría (cría mixta, cambios en los ciclos de producción, establecimiento de espacios reducidos, aplicación de biofloc). Algunos productores de zonas infectadas han aprendido así de compartir y poner en común experiencias en su intento de encontrar formas de manejar estos problemas multifactoriales.

Los expertos del Grupo Techna pueden ayudar a los camaroneros de todo el mundo en sus intentos de controlar el rendimiento de la cría y el estado de salud de sus poblaciones de camarones. Si desea más información, no dude en ponerse en contacto con nosotros.

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