Aumentar la producción de leche para mejorar la rentabilidad de las explotaciones lecheras

Aumentar la producción lechera de las vacas es un requisito previo para mejorar la rentabilidad de las explotaciones lecheras. Los recursos forrajeros y el número limitado de establos sólo permiten criar un número limitado de vacas. Aumentar la producción de leche en las explotaciones exige maximizar la productividad por vaca. Aun así, no se puede aplicar una solución adecuada sin realizar una auditoría coherente y exhaustiva del rebaño. ¿Qué variables hay que tener en cuenta para aumentar la rentabilidad de la ganadería lechera? ¿Cómo se puede mejorar la productividad por vaca?

Optimización de la dieta: la mejora del Índice Lácteo, o la cantidad de leche producida por kilogramo de materia seca ingerida, puede generar un alto rendimiento de la inversión teniendo en cuenta los costes iniciales de alimentación comprometidos.

El control de los gastos de mantenimiento: algunos gastos de mantenimiento son proporcionales al número de animales presentes en la explotación. Estos costes engloban los siguientes: obligaciones legales para el control del estiércol, alojamiento de los animales y equipos de ordeño necesarios para garantizar unas condiciones de trabajo dignas, costes de empleo.... Aumentar la productividad por vaca garantiza una mejor amortización de estos gastos.
 

Más allá de la alimentación, las condiciones de cría y la gestión del rebaño tienen un impacto directo en la cantidad de leche producida por vaca y día. La primera etapa consiste en realizar una auditoría. Las conclusiones que se extraigan de esta auditoría ayudarán a identificar las áreas susceptibles de mejora.
Este proceso tendrá en cuenta diversos factores, como la nutrición, la salud, el medio ambiente y el alojamiento del rebaño, centrándose en los siguientes puntos:

• Gestión de los aspectos reproductivos: un bajo rendimiento reproductivo aumenta el intervalo entre partos y, por tanto, la duración media de la lactación. Como efecto directo, un bajo rendimiento reproductivo puede impedir que se aproveche plenamente la dieta.
• Control de las cuestiones sanitarias: las distintas enfermedades que suelen aparecer en los rebaños lecheros pueden reducir la eficacia de la digestión (cetosis, acidosis, hígado graso, alcalosis...) y provocar trastornos en los comportamientos alimentarios (acidosis, cojeras), así como afectar a los tejidos secretores (mastitis...).
• Condiciones de alojamiento: el alojamiento debe favorecer una mejor expresión de todo el potencial de comportamiento de los animales. Los animales deben tener acceso permanente al comedero y al agua de bebida. Un alojamiento adecuado también debe prevenir la aparición de enfermedades inherentes a los contextos de cría (importancia de la ventilación, la luminosidad, la calidad de la cama, el acondicionamiento de los establos...).

También es necesario examinar el rendimiento del rebaño. Un análisis detallado de los resultados de producción puede ayudar a identificar las palancas nutricionales que deben activarse en primer lugar.

• Un análisis detallado centrado en cada grupo de animales (fases de lactación, paridad) puede arrojar luz sobre algunas situaciones de riesgo. Con un análisis general, no se podrían detectar estos riesgos. Una estimación del potencial de producción susceptible de expresarse, los niveles de contenido en grasa, proteína y urea observados pondrán de manifiesto los desequilibrios nutricionales. Esto conducirá a la definición de acciones correctoras para un mejor ajuste de la dieta. Entre otros ejemplos de acciones correctoras, cabe citar la gestión de la ingesta de proteínas y el tipo de energía, la fibrosidad, etc.
• Indicadores de palancas nutricionales: también es necesario establecer algunos indicadores específicos que permitan, de un vistazo, identificar las palancas nutricionales necesarias para alcanzar los fines de la producción.
  Sólo entonces será posible diseñar una dieta adecuada y optimizada. Para ello, se pueden utilizar programas informáticos de optimización de raciones, como Wefeed.

Comparando la dieta realmente suministrada y los resultados de rendimiento obtenidos, se puede evaluar la eficacia alimentaria de la dieta desde un punto de vista tecnoeconómico. 
Por último, algunas soluciones permiten reducir la degradación del rumen y optimizar la síntesis de proteínas microbianas. De este modo, se aumenta la cantidad de proteínas digestibles en el intestino y estas proteínas pasan a ser aptas para la producción de leche.
Todas estas etapas pueden llevarse a cabo en función de las características del tamaño del rebaño, la dieta y las condiciones de alojamiento... Para ponerlas en práctica, estas decisiones requieren una interacción constante con los especialistas. Las herramientas están a su alcance; ¡no dude en ponerse en contacto con nuestros expertos!