Los potros crecen muy deprisa en su primer año. Cualquier falta de equilibrio puede convertirse rápidamente en un problema para todo su desarrollo. Por ello, es vital asegurarse de que los cascos se cuidan con regularidad y desde el principio. El consejo de nuestros expertos.
¿Por qué cuidar los cascos de los potros?
El parto es una etapa clave en la vida del potro. Para no herir a la yegua durante el parto, los cascos del potro se envuelven en la membrana perióstica. Esta membrana desaparece a medida que crece el cuerno, debido al secado y al desgaste.
Al nacer, los potros pueden presentar diversas deformidades. Por ejemplo, no es raro ver potros con el menudillo tocando el suelo. Esto se conoce como hiperlaxitud tendinosa. Esta deformidad se debe generalmente a la posición del feto durante la gestación y se resuelve fácilmente con una buena alimentación y un buen seguimiento. El tiempo no siempre resuelve las deformidades. A veces puede ser indispensable un recorte específico, o incluso un herraje específico, para resolver el problema.
Un mantenimiento regular de los cascos permite controlar su desarrollo y corregirlos antes de que sean incapacitantes. Del mismo modo, durante esta fase de crecimiento deben evitarse los problemas podales (podredumbre de las horquillas, desarrollo de hormigas, costras, etc.). De lo contrario, el desarrollo del sistema musculoesquelético del potro puede verse perturbado.
¿Cómo se cuidan los cascos de un potro?
La observación debe comenzar en el momento del nacimiento y continuar durante todo el crecimiento del potro. Si no hay deformidades particulares, los primeros recortes tienen lugar entre las 4 y las 6 semanas de edad.
Dependiendo de la estación, la ubicación, el desarrollo del casco y la conformación, los recortes de mantenimiento se realizan cada 6 a 8 semanas.
El uso de pomadas ayuda a mantener la buena calidad de los cascos. Durante el invierno, en las regiones húmedas, el ungüento negro ayuda a nutrir el casco al tiempo que evita que se reblandezcan el cuerno, la suela y la ranilla. Las pomadas a base de aceite de hígado de bacalao y aceite de laurel favorecen la flexibilidad y el crecimiento del cuerno.
Es importante prevenir la aparición de grietas. Estas grietas en el cuerno del casco pueden ser muy problemáticas cuando son completas (desde el reborde periocular hasta la línea blanca). Las grietas también pueden provocar la aparición de "hormigueros". Se trata del desarrollo de hongos anaerobios y/o bacterias en el interior de la caja córnea. Este problema provoca la putrefacción de la carne y tarda mucho tiempo en tratarse. El uso regular de un bálsamo reparador a base de lanolina y cera de abejas puede reducir el riesgo de que se produzca este tipo de problema.
El crecimiento y el desarrollo armonioso del potro dependen de la integridad de sus pezuñas. Prestar especial atención al cuidado de los cascos ayuda a prevenir trastornos musculoesqueléticos. Nuestra gama completa de productos PASKACHEVAL está disponible en su distribuidor más cercano.
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